El valencià a les universitats públiques

Enseñanza en valenciano (y en otras lenguas) en las universidades públicas valencianas

12 / 09 / 2016 | Amadeu Sanz

Un contexto muy desigual y heterogéneo

Para entender bien los resultados de la enseñanza en valenciano, y también en otras lenguas, en las universidades públicas valencianas, conviene tomar como punto de partida el marco en el que se produce y subrayar un rasgo fundamental del mundo universitario valenciano: su profunda heterogeneidad. Unos pocos datos permitiran mostrar el alcance de esa heterogeneidad. Por una parte, destaca la gran diferencia de estudiantes entre unas universidades y otras. Las universidades de medida menor, Jaume I de Castelló de la Plana y Miguel Hernández de Elx, tienen alrededor de 14.000 estudiantes, mientras que la más grande, la de València, tiene alrededor de 60.000. En cuanto al tiempo que hace que imparten sus enseñanzas, todas, a excepción de la de València, son creaciones del siglo XX, y algunas como Miguel Hernández, no llega a los veinte años de existencia (1997). Jaume I es de 1991, la de Alacant de 1979 y la Politécnica de València de 1968. La de València, sobrepasa los cinco siglos.
Otros datos a tener en cuenta son también el diferente número de personal docente e investigador (PDI), de personal de administración y servicios (PAS), los diversos campus que cada universidad tiene o las diferentes titulaciones que imparten, por poner sólo algunos ejemplos.
Por tanto, a pesar de que tengan muchos elementos en común, tienen un funcionamiento y unas dinámicas muy diferentes. Y esto que afecta, evidentemente, al funcionamiento lingüístico de cada universidad. Además, también es transcendente el territorio donde está radicada cada universidad.
Tampoco debemos perder de vista el contexto sociopolítico de los años que analizamos en este artículo, años marcados no sólo por la carencia de promoción de la lengua propia por parte de los poderes públicos, sino más bien por todo lo contrario: una contraplanificació lingüística orquestada contra la lengua propia, ejecutada por los diferentes gobiernos del PP de la Generalitat Valenciana y del Estado, y también de los diferentes ayuntamientos y diputaciones.
Cómo también ha sido muy importante para el desarrollo de políticas lingüísticas adecuadas la carencia de una financiación digna para las universidades públicas, que se debe básicamente a dos hechos: por un lado, el traslado al sector público de la crisis sufrida por el sector financiero privado a lo largo de estos últimos años; y de la otra, la desviación desde hace más de veinte años de gran parte del presupuesto destinado a la enseñanza superior en las universidades privadas o a proyectos fallidos como la Valencian International University (VIU).

Datos globales

Así pues, y como podremos comprobar a continuación, la situación de la enseñanza en valenciano en las cinco universidades públicas es muy distinta según que se trate de una universidad o de otra.
Consultar la gràficas con los datos más arriba.

Para obtener una visión global, hemos tomado como base los cinco últimos cursos de todas las universidades (del 2011-12 al 2015 -16) y hemos detallado el porcentaje de la enseñanza en cuatro apartados diferentes: en valenciano; en castellano; en inglés; y en otras lenguas. En estos apartados hemos excluido, en todos los casos, las materias de las áreas lingüísticas, dado que estas se tienen que impartir, lógicamente, en la lengua correspondiente.

Análisis de los datos

Como dato global general podemos destacar que la enseñanza de las universidades se hace mayoritariamente en castellano, a pesar de que en la media de los cinco cursos evaluados el porcentaje baja en casi 4 puntos porcentuales desde el primer curso analizado hasta el último (del 84,86% al 81,10%). La media de la enseñanza en valenciano se encuentra en el último curso en el 13,65%, con un aumento de poco más de un punto porcentual desde el curso 2011-12 (12,32%).
En cuanto a la enseñanza en valenciano, la parte más positiva de estos datos globales la tenemos en la Universitat de València en el último curso (2015-16), donde la docencia en valenciano llega al 34,30%; y la más negativa, la Universidad Miguel Hernández que no ha impartido ni una sola asignatura en valenciano en los últimos cinco cursos.
Así mismo, hay que resaltar que los datos de docencia en valenciano se mantienen muy estables en cada universidad, excepción hecha de la Universitat de València, donde el porcentaje de los dos últimos cursos (2014-15 y 2015-16) crece de una manera significativa. Así, tenemos que la UMH no tiene ninguna asignatura de docencia en valenciano; que la UPV se mueve en porcentajes entre el 4 y el 6,5%; la UA, alrededor del 7 y 7,5%; la UJI, entre el 20 y el 21%; y que la UV ha pasado del 29,3% al 34,3%.
Y, al contrario, la enseñanza es prácticamente monolingüe en castellano en la UMH (siempre en porcentajes superiores al 99%); en la UPV se mueve entre el 87,5 y el 93,5%; en la UA, entre el 86,5 y el 89,5%; en la UJI, entre el 74 y el 76,5%; y en la UV pasa del 64% al 57%.
Un hecho que hay que destacar es el aumento continuo de la docencia en inglés, con una media de las universidades que ha pasado del 2,30% al 4,90% y que en el curso 2015-2016 en todas las universidades, excepción hecha de la UMH, llega a más del 5,5%.
Finalmente, hay que decir que la docencia en otras lenguas es bien poco significativa, con una media en el último curso del 0,5%. Destacamos, sin embargo, que en este apartado no disponemos de los datos de dos universidades (UJI y UPV) y que la UMH no ofrece ninguna asignatura en ninguna lengua extranjera diferente del inglés.

Conclusiones

El resultado del análisis de los datos ofrece un estancamiento generalizado de la enseñanza en valenciano, a excepción de la Universitat de València, donde los dos últimos cursos sí que se produce un aumento significativo de 3,3 puntos porcentuales en el curso 2014-15 respecto al anterior y de un 1,7% en el 2015-16. Es decir, un incremento de 5 puntos porcentuales en dos cursos.
Si observamos cómo adjudica la docencia en una lengua o en otra, hay que decir, a grandes rasgos, que en la UJI la lengua la elige el profesor; por el contrario, en la UV (hasta el curso 2012-13) y también, con matices, en la UPV y la UA, se aplica la política de “grupos” por lengua.
Este último hecho se apuntaba en las conclusiones del estudio Els usos lingüístics en les universitats públiques valencianes, dirigido por los profesores Artur Aparici y Rafael Castelló y publicado por la Acadèmia Valenciana de la Llengua el 2011. Se afirmaba, también, que si se quería avanzar se necesitaba un cambio en las políticas lingüísticas universitarias vigentes y proponían que “cualquier política lingüística normalizadora del valenciano, en cuanto que lengua actualmente minorizada, necesita formularse en términos de política de igualdad porque pueda ser efectiva”. Y lo detallaban de la manera siguiente: “Una política de igualdad de las dos lenguas tendría como objetivo conseguir en los próximos 25 años una universidad valenciana bilingüe, es decir, una universidad donde el 50% de la docencia se haga en valenciano [...]. Hay que hacer notar que no hablamos de duplicar la docencia haciendo dos líneas íntegras, una en valenciano y la otra en castellano, sino, al contrario, apuntamos a una distribución docente en que el valenciano esté aleatoriamente distribuido en la mitad de las asignaturas que el alumnado tendrá que cursar sin reparar en la lengua en que se imparten”.
Y esto es el que hizo la Universitat de València. Basándose en este estudio, el Consejo de Gobierno de la UV aprobó, el 26 de junio de 2012, el Plan de Incremento de la Docencia en Valenciano que establece que cada año se fijarán “los porcentajes mínimos de docencia en valenciano para las titulaciones de grado, licenciatura, diplomatura e ingenierías, con un incremento anual que permita lograr el objetivo mínimo de un 35% en 5 años y la distribución equitativa de la oferta docente impartida en las dos lenguas oficiales, en un plazo máximo de 10 años desde la aprobación de este plan.”
Además, este plan establece también que a partir de junio de 2015 todas las convocatorias de plazas de profesorado tienen que incluir como requisito el nivel C1 de conocimiento del valenciano. Y, cómo hemos visto, estas medidas han dado su fruto.
Así pues, tras el análisis de los datos y también de las experiencias mencionadas, lanzamos cinco propuestas para lograr la igualdad lingüística en las universidades valencianas:

  1. Hay que hacer un cambio sustancial en las políticas lingüísticas actuales de las universidades y plantear, tal como apuntaba el estudio dirigido por los profesores Aparici y Castelló, una verdadera política de igualdad lingüística. El modelo de la elección lingüística del profesorado (UJI) o bien del estudiantado (UV, UPV y UA) conduce, como ha quedado patente, al estancamiento de la oferta de la docencia en valenciano. Por el contrario, la propuesta de igualdad lingüística, es decir, la idea de que todo el mundo que estudie en una universidad valenciana tenga docencia en valenciano, en castellano y, al menos, en una lengua de comunicación internacional, es la única manera que se puede aumentar, cada año, la docencia en valenciano, como queda demostrado indiscutiblemente el caso de la UV.
    Por esto, sería necesario que las universidades aprobaran una reglamentación similar a la que se ha hecho a la UV, teniendo en cuenta que los puntos de partida son muy diferentes, especialmente en aquellas universidades donde la enseñanza en valenciano es inexistente (UMH) o baja (UPV y UA). Mucho más fácil es el caso de la UJI, tanto por los porcentajes de docencia actuales como también por el territorio donde se encuentra ubicada.
  2. Además del esfuerzo de las universidades, la Generalitat Valenciana también tiene que hacer un cambio radical en su política lingüística. Tiene que poner en marcha una normativa que haga obligatoria la existencia de unos mínimos de docencia en valenciano (y en lenguas de comunicación internacional) y vincular su cumplimiento tanto a la financiación como a la aprobación de algunos proyectos de las universidades.
  3. Además, la Generalitat Valenciana tiene que generalizar la exigencia del conocimiento del valenciano para acceder a la función pública universitaria, tanto de PDI como de PAS.
  4. Es fundamental también un cambio en la política lingüística que se aplica en las enseñanzas de infantil, primaria, secundaria, bachillerato y ciclos formativos, donde la base de la enseñanza se tiene que hacer en valenciano porque, al fin y al cabo, los estudiantes que llegan a las universidades, si previamente han adquirido un conocimiento suficiente de valenciano, podrán cursar cualquier titulación en la universidad sin el más mínimo problema.
  5. Finalmente, hace falta un impulso decidido al aumento de la enseñanza en una lengua de comunicación internacional. A estas alturas el porcentaje todavía es muy bajo, a pesar de que ciertamente en los últimos cursos se está experimentando un aumento continuado.




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