LA TRIBUNA.07-01-04.
DECLARACIONES DE LA FAMPA

La FAPA abre el debate del coste de la jornada continua

Cambiar el horario de los colegios públicos, aunque no sea de todos ellos, le puede salir a las arcas públicas por un ojo de la cara. Un ojo que, por cierto, saldrá de la cara de todos y cada uno de los ciudadanos de a pie que pagan, religiosamente, sus impuestos, en esta comunidad autónoma. Pero nadie había hablado de ello... hasta ahora.
Esta es la cuestión que ponían ayer sobre la mesa los dirigentes de la Federación Provincial de Albacete de Asociaciones de Padres y Madres del Alumnado de Centros Públicos “Bachiller Sabuco” (FAMPA) cuya junta directiva, encabezada por su presidente, Francisco Delgado, daba ayer una rueda de prensa para valorar el proceso que se ha iniciado en algunos centros públicos de nuestra capital y provincia para cambiar el horario escolar.
“La propuesta de cambiar los tiempos escolares en los centros públicos albaceteños tiene varias zonas oscuras que aún no se han aclarado, y una de ellas es la de la financiación”, señaló Delgado, “pues según nuestros cálculos, cambiar la jornada, de partida a continuada, y sólo en el 50% de los centros de la ciudad de Albacete, saldrá por 4 millones de euros al año; ni el Ayuntamiento, ni la Consejería de Educación, han abierto la boca para decir quién pondrá semejante cantidad”.
DINERO PRECARIO: Un dinero, que, además, servirá para crear “empleo precario” como el de los monitores de las actividades extraescolares. Pero que, además, puede crear un grave problema que podría traer consecuencias económicas e, incluso, judiciales, a las arcas de las administraciones públicas.
“Supongamos que un centro, legítimamente, cambia su horario y, debido a la existencia de actividades extraescolares, recibe unos fondos, unas cantidades adicionales”, señaló Delgado, “pues bien, los padres de un centro que no haya cambiado la jornada, incluso en el caso de que no fuesen centros públicos, sino privados concertados, en virtud del principio de igualdad consagrado en la Constitución, exigen que deben recibir el mismo dinero por alumno y año, y lo tienen ganado ante los tribunales, toda la jurisprudencia está a su favor”.
Bastaría que se diese una sola demanda en este sentido, subrayaron los directivos de la FAMPA, para que la Consejería de Educación de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha tuviese encima de la mesa un grave problema económico, ya que eso supondría un incremento del gasto que las exiguas arcas de la Junta, al menos en materia educativa, no se podrían permitir.
Este problema de los costes, además, pondría al Ayuntamiento de la capital en una situación que, según Delgado, rozaría el absurdo: “En muchos centros, el proceso de cambio de jornada se ha iniciado a instancias de los representantes del Ayuntamiento de Albacete en los consejos escolares; paralelamente, desde el mismo Ayuntamiento, se ha dicho que no hay dinero para pagar los costes de las actividades extraescolares; emplazo al alcalde de Albacete a que explique a todos los ciudadanos a qué responde la actitud de los representantes de la corporación en los Consejos Escolares”.
RECORTE DEL GASTO: Para la directiva de la FAMPA, la explicación a todas estas aparentes contradicciones es que, en realidad, detrás del proceso de cambio de los tiempos escolares hay una clara intención, por parte de los poderes públicos, de aprovechar el cambio de la jornada, de partida a continuada, para recortar toda una serie de servicios que vienen prestando los centros de la red pública.
“El caso más evidente es el de los comedores escolares, ya que con jornada continuada, serían innecesarios”, subrayó Delgado, “pero no sería el único; en realidad, y por las experiencias que se han dado en otras comunidades y en otras provincias, lo que al final sucede es que no hay actividades extraescolares, a menos que los padres las paguen en academias privadas”.