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LA TRIBUNA.07-02-04.
Cartas:
JORNADA ESCOLAR CONTINUA O PARTIDA
(Juan Vicente Velasco)
El 16 de febrero se decidirá en muchos colegios de
Albacete si se cambia o no la jornada escolar. Es uno de los
factores importantes de los que depende el aprendizaje de
nuestros hijos. Según los expertos la peor hora del
día para cualquier esfuerzo de atención es la
última de la mañana y las mejores horas son
las de media mañana y media tarde, incluida parte de
la jornada de tarde que algunos quieren suprimir. A pesar
de ello, con la jornada continua algunos niños quizá
no verían muy mermado su rendimiento, sin embargo sí
hay un sector de alumnos que serían las víctimas
de este proceso que se nos quiere imponer implantando la jornada
continua. Son los alumnos en riesgo de fracaso escolar o que
ya están en fracaso escolar, niños que pertenecen
a sectores sociales con déficits económicos
o culturales o que tienen dificultades de aprendizaje. Con
la jornada continua van a tener una dificultad añadida.
Son niños que ya tienen dificultades con la dosificación
del esfuerzo en la jornada partida y no van a poder seguir
el ritmo más acuciante, la mayor tensión que
les exigiría la jornada continua. Estos niños
necesitan una jornada más distendida y un calendario
escolar más largo, clases adicionales de apoyo, refuerzos
en materias básicas, mayor número de pedagogos,
terapeutas, logopedas, psicólogos y profesorado de
apoyo. Es una triste ironía que, cuando falta lo básico
y muchos padres se vuelven locos para que a sus hijos les
trate un logopeda en el colegio, por ejemplo, se nos ofrezca
un proyecto que pretende que las administraciones financien
actividades extraescolares de lujo (en el sentido de que están
pensadas para los que ya dominan las materias básicas
y tienen tiempo para otras cosas).
El fracaso escolar afecta a un 30% de los alumnos de secundaria
y la innovación pedagógica que nos proponen
es concentrar la jornada escolar y actividades extraescolares,
en lugar de concentrarse en los alumnos de menor rendimiento
programando horas adicionales de apoyo, incluso utilizando
el mes de julio para ayudarles, cosas que sí han demostrado
su eficacia en la prevención y tratamiento del fracaso
escolar (Doposcuola italiana y Summer schools norteamericanas).
La educación debe cumplir el objetivo de compensar
desigualdades y la jornada continua en lugar de garantizar
las mejores condiciones para evitar el fracaso escolar supone
un sobreesfuerzo y una dificultad adicional a los que ya tienen
otras, por lo que lo mejor sería votar no a la jornada
continua y solicitar una jornada opcional en cada centro educativo.
De esta forma, los padres elegirían en cada centro
la jornada partida o continuada según sus necesidades
y posibilidades y su experiencia particular con sus hijos.
Se atendería a la diversidad de ritmos y de edades
que existe, asegurando en todos los centros el derecho prioritario
de los que tienen un ritmo más lento a terminar con
éxito la enseñanza obligatoria, por medio de
una jornada partida, más distendida, que facilite sus
procesos de aprendizaje, aumentando los recursos humanos cualificados
para evitar el fracaso escolar.
No se debe atender ningún discurso que no esté
centrado en el interés pedagógico de todos los
niños, priorizando la lucha contra el fracaso escolar,
pensando sobre todo en los niños con dificultades de
aprendizaje y procedentes de medios sociales y familiares
desaventajados a quienes no es conveniente someter a un aumento
de la tensión con un horario escolar concentrado y
exponerles a todas las tardes libres que supongan una sobredosis
de telebasura y de calle. En vez de monitores de ajedrez o
de petanca la administración debería asegurarles
los profesores de apoyo que no pueden pagarse, como otros
niños.
En esta situación de decisión seudodemocrática,
en medio de esta lucha tan desigual y de tanta desinformación,
solo nos queda apelar a la solidaridad de los padres cuyos
hijos van holgados para que voten no a la jornada continua
y juntos pediremos después la jornada opcional en cada
centro educativo.
Juan Vicente Velasco
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