LA TRIBUNA. 15-02-04.
FAMPA JORNADA CONTINUA: MENTIRAS Y VERDADES
(José María Aguilar Idáñez)

A la vista está que esto de la Jornada Continua en las escuelas es cosa harto controvertida. Puede ser que psicólogos y pedagogos no se pongan de acuerdo en esta cuestión pero, desde luego, quienes parecen no llegar a consenso alguno son madres, padres, maestras y maestros.

Desde luego que la campaña que hemos vivido en Albacete no ha tenido desperdicio: grandes palabras, tal vez ridículos intereses, descalificaciones variadas y comportamientos sospechosos. Ante tanta balumba, ¿cómo distinguir el grano de la paja? Pues vamos a la faena.

1.- La idea de la Jornada Continuada se acompaña de un catálogo de actividades extra-escolares digno del mejor colegio privado: Mentira. Todos saben que esas cosas cuestan algunos euros (y hacerlas bien algo de más de algunos), y aquí el Proyecto se presenta más desnudo que el famoso rey del cuento y, como en el cuento, hace falta que alguien (aunque sea un niño) lo diga claramente. Y encima las familias tienen que creerse que toda esa fiesta les va a salir gratis. ¡Nutridas han de estar las arcas municipales!

2.- Y de un servicio de comedor que será la envidia del país: Mentira. En otros lugares la Jornada Continua termina por hacer innecesario dicho servicio, pero aquí hay que creerse que la cosa funcionará aún mejor que ahora (el ejemplo del «desayuno inteligente» es digno de chascarrillo). Lo malo es que no muy lejos, en Yeste, nuestro recién estrenado Delegado de Educación ha colocado la Jornada Continuada por decreto y se ha suprimido el comedor escolar. ¡Cuándo las barbas de tu vecino.!

3.- Se trata de un Proyecto de consenso: Mentira también. Cuando a los redactores del invento se les ha planteado hacer lo mismo pero con una Jornada Partida han dicho «¡no, innegociable!» Porque resulta que se puede cambiar cualquier cosa, menos la Jornada Continua, pues de eso es de lo que se trata, esa es la preocupación única de quienes lo han redactado. Pero hay que creerse que todo esto es por el bien de los niños. Que cuando las madres y los padres recogían a sus criaturas después de la Jornada Continua, que se ensayó en el mes de septiembre, no era cansancio lo que veían en sus rostros, ¡era gozo y satisfacción por tanta sabiduría acumulada tras cinco horas de tratamiento pedagógico!

4.- Y que se trata de un experimento de tres años: Esto no es mentira, esto es un chiste. Por eso, cuando las familias de Canarias han reclamado volver a la Jornada Partida (contentos deben de estar con la Continua), les han dicho «¡Naranjas de la China!». Pero también hay que creerse que eso aquí no va a pasar, porque aquí somos muy buenos. Y si alguien se lo toma en serio es porque no sabe que los experimentos es mejor hacerlos con ratones, ¡que de niñas y niños no andamos muy sobrados en este país!

5.- Aunque, detrás de todo, sólo está el deseo de los docentes de ser funcionarios de «pata negra »: Pues esto también es mentira. Porque los funcionarios suelen fichar de 8 de la mañana a 3 de la tarde (sin contar los turnos de tardes y de noches de bomberos, policías, enfermeros, médicos.), y luego disfrutan del privilegio de 30 días de vacaciones al año, a los que hay que añadir los 6 «moscosos» de rigor. Y esto, por mucho que lo he leído, creo que no aparece en el Proyecto de Jornada Continua que hay que votar el lunes.

¿Qué hay de verdad en todo esto? Pues lo más cierto es que las madres (y también los padres) son los que tienen la decisión en sus manos. Y que harían bien en dejarse llevar por lo que les dicte el corazón, ¡como tantas otras veces! Eso casi siempre da buenos resultados, como bien lo saben las que han parido, porque sacrificar el bienestar propio para beneficiar al de los niños no está al alcance de todos, pero sí de sus padres y de sus madres.

Pues eso, ¡a votar!