Maragall
subrayó ayer que la incorporación cada vez más numerosa de inmigrantes a
la escuela es un fenómeno que exige inversiones prioritarias de las que
debe ser corresponsable el Estado. El presidente catalán destacó en el
Palau de la Generalitat -donde compareció acompañado por la consejera de
Educación, Marta Cid- que Cataluña pedirá "lo que necesite" y añadió que
no se niega "a que otros también lo pidan". Maragall mencionó que el gasto
en educación en Cataluña respecto al PIB está por debajo de la media
española y recordó que ha habido hasta ahora una tradición educativa
catalana de dar mucho peso a la escuela privada concertada.
Marta Cid
explicó que ha solicitado una entrevista sobre esta cuestión a la ministra
de Educación, María Jesús San Segundo, y a la secretaria de Estado de
Inmigración, Consuelo Rumí. Cid reconoció que la necesidad de mayores
recursos para la educación ya se está tratando en el marco de las
negociaciones para los próximos Presupuestos Generales del Estado. Pero
añadió que "quien tiene competencias no puede ser ajeno a sus
consecuencias y, por lo tanto, el Estado debe asumir sus decisiones, sobre
todo en relación con los costes que tiene la inmigración". A su juicio, la
incorporación masiva de alumnos inmigrantes requiere de más recursos para
la contratación de más profesorado, para innovación educativa y para
infraestructuras.
Cid recordó que
seis de cada diez estudiantes que se incorporan este curso por vez primera
al sistema educativo catalán son inmigrantes. La educación catalana
arranca este septiembre con más de un millón de alumnos, de los cuales un
9,6% es de procedencia extranjera. Para hacer frente a estos cambios y
garantizar la calidad de la educación, la consejería ha puesto en marcha
un plan de integración con una dotación de 36 millones de euros. Los
alumnos no universitarios catalanes representan el 15% de toda España.