Revista de Premsa

 

El Pais

13/10/04

 Francia planea una gran reforma que amplía la educación obligatoria a los 5 años

 

Una comisión de medio centenar de sabios entregó ayer al Gobierno francés las bases de una gran reforma educativa, que señala que el nivel obligatorio debería ser adelantado en un curso, de modo que los alumnos lo inicien a los cinco años de edad y no a los seis, como en la actualidad. El informe recalca la necesidad de reforzar las clases de Lengua y de Matemáticas, así como de dominar el inglés como "idioma de comunicación internacional", incluir la informática entre las materias "indispensables" y enseñar "valores de la República", es decir, las normas básicas de convivencia. El 90% de los niños franceses ya están escolarizados a los 5 años, por lo que iniciar la enseñanza obligatoria a esa edad implica un problema de organización material y de reforma del contenido del último año de preescolar (que equivale a 6º de educación infantil en España), más que de prepararse para un aumento sensible del número de alumnos.

El último año de preescolar se integrará en el primer ciclo de la enseñanza obligatoria, compuesto de tres cursos y orientado decididamente hacia el aprendizaje de la lectura, la escritura y la expresión oral en francés, además de los primeros conocimientos de matemáticas, informática y de "valores de la República", es decir, las normas básicas de convivencia.

A partir de los 8 años, el inglés debe ser obligatorio no sólo en teoría, sino también en la práctica, dice el informe. Los expertos lo consideran "una gran causa educativa" para "el éxito de la integración en el siglo XXI" y propugnan la abolición del doblaje de series y telefilmes anglosajones, porque piensan que eso hará avanzar el inglés más que cualquier esfuerzo académico clásico.

El informe ha sido redactado por una comisión de 45 personas, esencialmente pedagogos, dirigidas por Claude Thélot, de 58 años, un cartesiano de formación estadística que ha dedicado su vida profesional al Instituto Nacional de Estadísticas y al Tribunal de Cuentas antes de ocuparse de misiones de evaluación en el Ministerio de Educación.

En la lógica de este informe, el inglés se sitúa al mismo nivel de importancia que los objetivos de "leer, escribir y expresarse" en la lengua nacional, el de "conocer las principales operaciones matemáticas" y el de "servirse de un ordenador". Que una comisión de franceses se rinda al inglés como "lengua de comunicación internacional" es algo más que una anécdota. El propio presidente de la República, Jacques Chirac, de gira por varios países de Asia, acaba de advertir contra el riesgo de un mundo de "cultura única", provocado por la hegemonía estadounidense y la tendencia a considerar el inglés como la única lengua de comunicación planetaria.

Pero si en ese punto hay margen para la polémica, los autores del informe se la juegan con la propuesta de reformar el oficio de profesor. Pues, frente al objetivo actual de que el bachillerato sea cursado por el 80% de los alumnos de cada clase de secundaria, la comisión propugna elevar "el nivel de formación de toda la nación", evitando que 160.000 jóvenes abandonen cada año el sistema escolar (integrado por 12 millones de estudiantes en los ciclos obligatorios). "Esto sólo puede conseguirse con un acompañamiento mayor por parte de los profesores", afirma Claude Thélot.

La propuesta, en el lenguaje de la calle, consiste simplemente en que los profesores alarguen su jornada, lo que ha pisado los callos de los sindicatos. Los comisionados dicen que los profesores deben permanecer entre cuatro y ocho horas más en los centros para seguir de cerca a los alumnos, atender a los padres y trabajar en equipo; aunque también precisan que más tiempo de trabajo debería acarrear mayor remuneración.

Menos criticadas son las ideas de los comisionados sobre la aplicación de ciertos principios de discriminación positiva. La comisión propone dar más medios a los centros educativos de zonas con alto porcentaje de fracaso escolar, que deberían gozar de un trato excepcional para incitar a la estabilidad de los equipos escolares y concederles mayor autonomía para atacar las causas del fracaso escolar. Asimismo, los expertos proponen al Gobierno que el Estado subvencione el acceso al trabajo de estudiantes de "bachillerato profesional", es decir, de los que normalmente no continuarán hacia la enseñanza superior.

El ministro de Educación, François Fillon, ha confirmado que dentro de un mes estará preparado el proyecto de ley sobre la reforma educativa, pero se abstiene de opinar sobre las propuestas de la comisión, animando a que se pronuncien antes las partes sociales y las fuerzas políticas. Cualquiera que sea el grado de acuerdo con las propuestas de los asesores, el primer ministro, Jean-Pierre Raffarin, ha planteado la aplicación de la reforma educativa para septiembre de 2006, es decir, dentro de casi dos años.

 

 

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