Revista de Premsa

 

El Mundo

La Vanguaria

12/12/04

 Éste es el secreto de los colegios en Finlandia

ENTREVISTA a María Jesús Sansegundo, ministra de Educación y Ciencia

 

Éste es el secreto de los colegios en Finlandia

Por Juho Rissanen

El Mundo

 

Jenni, de 15 años, tiene una media de siete horas lectivas al día. En su clase están juntos los buenos y los malos estudiantes, aunque lo habitual es que el nivel sea muy similar. Se ha beneficiado de un plan del 96 para mejorar en Matemáticas y Ciencias. La enseñanza, el material y la comida son gratuitos. Y el profesor está supermotivado.

Vamos, sacúdele, pégale una patada en el culo!». La voz del chiquillo suena, desde luego, inquietante. En el patio del colegio Ressu, en Helsinki, un grupo de colegiales se ha arremolinado en torno a él.

Nadie está machacando a nadie, sin embargo. No hay empujones ni golpes reales y ningún chico se está peleando. Lo único que hacen es entretenerse con el nuevo juego de sus móviles Nokia antes de que comiencen las clases.

No se diferencia demasiado de otras mañanas en cualquier colegio finlandés. A las puertas ya del invierno, aún no ha amanecido del todo cuando los críos se disponen a entrar, a las ocho de la mañana. Tampoco verán el sol cuando vuelvan a casa, a las cuatro de la tarde.

Llega la hora y los chavales suben apresurados las escaleras que conducen a las aulas. Una vez en ellas, se quitan los abrigos, desconectan las melodías de sus móviles, los guardan en sus mochilas y se disponen a recibir clase en el mejor sistema educativo del mundo. Así, al menos, lo acaba de determinar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) después de examinar durante seis horas y media a 250.000 estudiantes de 15 años en 40 países. Finlandia obtuvo la mejor puntuación en las tres categorías que se evaluaron, Lectura, Matemáticas y Ciencias.

España, 12 puntos por debajo de la media de países de la OCDE, quedó en el puesto 24, superada por Polonia, República Checa, Irlanda, Hungría...

Los 20 alumnos llenan enseguida la pequeña clase. Los chicos se sientan detrás y las chicas en los pupitres delanteros. Entre ellas, Jenni Sinkonnen, de 15 años, alumna de 9º curso, el último de la Enseñanza Obligatoria, en Ressu. Vestida con un suéter negro y unos vaqueros, y con el pelo recogido en una coleta, podría pasar por típica estudiante de cualquier lugar de Europa más al norte de Bélgica.

«Todavía no me lo puedo creer», explica con tranquilidad. Los resultados han sido una gran sorpresa para nosotros, los alumnos».Agrada lo bien que se expresa la adolescente.

Muy probablemente habrá leído algo en el periódico. Tres de cada cuatro niños finlandeses de 15 años aseguran leer por placer todos los días y, a diferencia de otros chavales europeos, prefieren los periódicos, las revistas y los cómics a las obras de ficción.

Los finlandeses son conocidos por su modestia y Jenni no puede evitar ruborizarse mientras habla, pero sigue exponiendo con bastante coherencia las que ella cree que son las razones del éxito finlandés. «No nos consideramos superestudiantes. Nos limitamos a hacer los deberes y a estudiar para los exámenes. Si algún compañero se siente cansado y no tiene ganas de seguir todos los demás le animamos y tratamos de ayudarle».

En su lúcida candidez, Jenni acaba de dar una de las claves del sistema. Y es que por encima de los espectaculares resultados, lo que los expertos de la OCDE y de otros países han resaltado de las conclusiones del informe es la equidad del sistema finlandés.La diferencia de puntuación es muy escasa entre los mejores y los peores alumnos del país nórdico. Y los resultados de éstos últimos son bastante satisfactorios en relación con la media de los de la OCDE.

«Uno de los aspectos más importantes del sistema es que los profesores se aseguran de que ningún alumno se quede atrasado». Mientras Jenni atiende a las lecciones de su profesor de Matemáticas en clase, como ella en jersey y vaqueros -es casi imposible ver una corbata o un vestido en un instituto finlandés-, Erja Hoven se explaya orgullosa sobre Educación en el despacho de dirección de Ressu.

«No dividimos a los alumnos entre los que van mejor y los que necesitan más tiempo», prosigue. «Aquí todo el mundo es igual.No hay repetidores. No dejamos que ninguno se quede atrás. Si se nos presenta un problema con algún estudiante, lo tratamos inmediatamente con los demás profesores, sus padres, el director del colegio y un psicólogo».

Pero la atención a la diversidad y la confianza ciega en los sistemas comprensivos frente a los selectivos -esto es, en los sistemas que no separan a los alumnos en función de sus capacidades- no son las únicas claves del éxito finlandés.

HASTA LOS LAPICES GRATIS

Todos los días, después de haber dormido nueve horas, Jenni se levanta algo después de las 6 de la mañana en su casa de Malminkartano, un suburbio de Helsinki. Desayuna unas tostadas, se viste y se maquilla ligeramente y coge un tren que 45 minutos más tarde le deja en el centro de la capital, donde se encuentra Ressu.

Con 350 alumnos de entre 7 y 16 años, Ressu es una escuela mediana de las más de 4.300 de Enseñanza Básica del país. Las hay de hasta 900 alumnos, pero también de nada más que 10 en las zonas rurales. Hasta el 9º curso, el que estudia ella, la educación es obligatoria en el país báltico.

Hasta hace dos años, Jenni estudió al lado de casa, en el colegio de Malminkartano, pero en octavo decidió cambiarse siguiendo a unas amigas que cambiaron de casa y, consecuentemente, de escuela.Aunque los padres pueden elegir con casi total libertad el colegio de sus hijos, lo habitual es que acaben estudiando en el más cercano a casa, en parte porque, como acaba de demostrar el informe de la OCDE, apenas hay diferencias entre centros.

Ni en Malminkartano ni en Helsinki tuvo que pagar nada. La enseñanza obligatoria es absolutamente gratuita en Finlandia y el Estado paga no sólo los salarios de los profesores sino todo tipo de material escolar, desde los libros hasta el último lápiz.

Si el alumno vive a más de cinco kilómetros, el centro tiene que garantizar su transporte. Además, todos los alumnos reciben una comida caliente todos los días al mediodía que garantiza su buena alimentación, una medida que ha permanecido inalterable desde hace 50 años.

«De esa forma», comenta Hoven, que además de directora es profesora de Física, «Los alumnos y sus padres se muestran más receptivos hacia la enseñanza. Incluso hoy día hay algunos chavales de familias pobres que hacen su única comida caliente del día en la escuela».

Hoy hay pescado, patatas, ensalada, leche y pan en Ressu. A menudo, Jenni y sus amigas critican la comida de la escuela, pero se la comen con hambre.

«La verdad es que no pensamos mucho en ello», dice la niña, «pero nos damos cuenta de que somos muy afortunadas por disfrutar de un sistema en el que todo está pagado y no hay tasas». El Estado financia incluso los escasos colegios privados que existen. Universidades hay 20 -en un país de cinco millones de habitantes-, todas ellas públicas.

¿Una carga demasiado onerosa? No del todo. Finlandia invirtió en 2001 el 5,8% de su PIB en Educación. Es más que lo que invirtió España (4,9%), pero apenas dos décimas más que la media de los países desarrollados.

«Los resultados demuestran que el gasto por alumno tiene cierta relación con el rendimiento, pero no garantiza unos buenos resultados», explica Andreas Schleicher, jefe de la División de Análisis de Indicadores Educativos de la OCDE y uno de los coordinadores del reciente informe. «Austria, Corea, Finlandia o los Países Bajos han invertido bien su dinero, pero países que invierten mucho por alumno, como Italia o EEUU han quedado por debajo de la media». No se trata tanto de gastar más en Educación (que también) como de gastar mejor.

CUATRO IDIOMAS

«Tenemos unas siete u ocho horas de clase al día». Jenni aprovecha uno de los descansos de 15 minutos entre clase y clase para seguir contando cómo pasa un día de colegio. Desde hace dos años puede elegir algunas de las asignaturas que quiere estudiar, entre ellas Inglés y Francés. Ha cogido las dos. Además, estudia sueco obligatoriamente desde 3º. El sueco es la segunda lengua oficial de Finlandia, el idioma materno de cerca del 6% de la población.

Si quisiera, Jenni podría estudiar una cuarta lengua extranjera, alemán o ruso. Entre las asignaturas que también ha dejado de lado, están las manualidades y Economía del Hogar, pero no ha podido esquivar la Informática.

«Los ordenadores e Internet se han convertido en herramientas de uso diario en nuestras aulas. Enseñamos a los niños a manejarlos desde que tienen 7 años, desde el primer curso», asegura la directora Hoven.

En 1996 las autoridades educativas pusieron en marcha el programa LUMA, siglas de luonnontieteet ja matematiikka (Ciencias y Matemáticas, en finés). El objetivo era mejorar los resultados de los alumnos de todos los niveles en esas dos asignaturas. Para ello se formó a los profesores, se organizaron enseñanzas de carácter mucho más práctico y experimental y se invirtió mucho dinero en modernizar los laboratorios de los colegios e institutos y en adquirir ordenadores y programas informáticos.

LA PIEDRA ANGULAR

Pero desde el experto Schleicher hasta el último padre de los 500.000 estudiantes de Enseñanza Básica finlandeses están convencidos de que la piedra angular del éxito finlandés son los profesores.Hasta los alumnos lo reconocen. Jenni: «Se ve enseguida que un profesor está motivado cuando te anima a estudiar y siempre parece feliz. Ah, y no nos manda muchos deberes».

Su directora también cree que es la buena formación de los profesores finlandeses lo que explica los excelentes resultados. «Aquí los profesores están mejor preparados que en muchos otros países.Para dar clases se exige una titulación universitaria de carácter superior. Ser sólo un maestro de Primaria requiere seis años de carrera en la Universidad», enfatiza Hoven, con 21 años de experiencia.

El número total de profesores de Enseñanza Obligatoria ronda los 40.000. La proporción aproximada de alumnos por profesor en 2002 era de unos 14, más o menos la misma que en España y la media de los países desarrollados.

Lo que diferencia a los profesores finlandeses es que, como apunta el profesor Jouni Välijärvi, de la Universidad de Jyväskylä -hacia el centro del país- y coordinador del estudio de la OCDE en Finlandia en 2000, su formación está dirigida a que, además de perfectos conocedores de la materia que imparten, sean «auténticos expertos en Pedagogía». De ahí lo extenso que resulta su paso por la Universidad.

«En la cultura finlandesa, el profesor es visto como uno de los profesionales más importantes de la sociedad», continúa Välijärvi; «en consecuencia, se han invertido muchos recursos en la formación de maestros».

Los profesores, sin embargo, creen que a pesar de este reconocimiento cobran poco. «Es muy triste que tengamos unos sueldos tan bajos», se lamenta Hoven. «La paga depende del tiempo que el profesor lleve trabajando. Uno joven recién llegado al colegio puede ganar unos 1.600 euros brutos. Con los años puede llegar a ganar unos 2.400. Todo el mundo opina que es muy poco».

La OCDE da unas cifras un poco más altas, algo más de 26.000 euros brutos anuales para un recién llegado, más o menos el equivalente a la renta per capita del país (26.478 dólares, en 2002).

A pesar de ello, muchos jóvenes aspiran a convertirse en profesores.Y ello redunda en la calidad del sistema. Las universidades que ofrecen titulaciones de profesor sólo pueden aceptar al 15% de los alumnos que solicitan matricularse cada año. El 85% restante queda fuera. La selección es brutal y se garantiza que sólo los más brillantes terminan por acceder a las facultades.

20 AÑOS DE UNIVERSIDAD

Cuando acaban las clases, Jenni dedica media hora a hacer los deberes. Después, va a clases de ballet cuatro días a la semana o sale un rato con sus amigas. Casi nunca ve la televisión y lo más normal es que a las nueve de la noche ya esté en la cama.

Si sale con sus amigas no charlan de chicos o de música pop.O no sólo. Sorprendentemente, pasa buena parte de su tiempo libre discutiendo sobre los deberes. «Nos juntamos en el centro comercial y vamos a ver una peli, pero acabamos tratando de arreglar los deberes o hablando del próximo examen. Si alguna de nosotras no ha tenido tiempo de estudiar suficiente o hay algo que no entiende, las demás se lo explicamos. Cuidamos una de otra».

La chica está muy motivada con sus estudios porque tiene bastante claro lo que quiere. Como la mayoría de sus amigos, el otoño que viene seguirá estudiando. Empezará los tres años de Educación Secundaria Superior, la etapa en que la escolarización deja de ser obligatoria en Finlandia.

Se graduará con 19 años y tratará de acceder a la Universidad.El 71% de estudiantes finlandeses llega a la Universidad. Desde hace años sueña con estudiar Medicina. «Me gustaría ser doctora, ayudar a la gente».

Tanto la Secundaria Superior como la Universidad son gratuitas en Finlandia. Si aprueba los exámenes de acceso uno puede estudiar durante 20 años si le da la gana, aunque la mayoría de universitarios no pasan más de siete (tampoco menos de cinco).

Otro de los descansos entre clases está a punto de acabar. Con briosa energía, Jenni coge su mochila y revisa una vez más si le han mandado algún mensaje al móvil. Le toca volver a clase en el sistema educativo más eficaz del mundo.

JENNI SINKONEN

Tiene 15 años y estudia 9º curso, el último de la Enseñanza Obligatoria del sistema finlandés, en el colegio Ressu de Helsinki.l Cuando acabe este curso habrá sobrellevado una carga lectiva de 6.126 horas de clase desde los siete años. l Al final de su periodo de escolarización obligatoria el Estado finalndés habrá invertido en su formación 40.866 euros. l Se graduará de Secundaria Superior con 19 años y estudiará Medicina. El 71% de alumnos finlandeses acaba ingresando en la Universidad. l Pasa unas siete horas en clase y necesita alrededor de media hora diaria para hacer sus deberes. l Además de su lengua natal estudia sueco, inglés y francés. Tiene además la posibilidad de estudiar un cuarto idioma, alemán o ruso. l Fuera de horas lectivas practica ballet cuatro días a la semana.

ELENA BARTOLOMÉ

Tiene 15 años y estudia 4º de Enseñanza Secundaria Obligatoria (ESO), el último de escolarización forzosa del sistema español en el Instituto Juan de Mairena de San Sebastián de los Reyes (Madrid). l Cuando acabe este curso habrá sobrellevado una carga lectiva de 7.731 horas de clase desde los siete años. l Al final de su escolarización obligatoria el Estado español habrá invertido en ella 35.155 euros. l Se graduará de Bachillerato con 17 años y estudiará Periodismo. El 50% de alumnos españoles acaba ingresando en la Universidad (un 19% más realiza otro tipo de estudios superiores.l Pasa unas siete horas en clase y necesita hasta dos horas diarias para hacer sus deberes. l Además de su lengua natal estudia inglés y francés como optativa. l Fuera de horas lectivas estudia inglés y practica aerobic.

ERJA HOVEN

Tiene 47 años (21 de profesora). Enseña Física y es directora del colegio Ressu de Helsinki. l Imparte clases a grupos de entre 21 y 26 alumnos. l Cobra aproximadamente 3.400 euros (brutos).Según la OCDE, el salario en Finlandia de un profesor de Secundaria es de 30.575 euros anuales al empezar, 36.625 euros tras 15 años y 38.325 euros al final de su carrera. l El 71,4% de profesores de Secundaria Obligatoria son mujeres frente al 46% en la Enseñanza Superior. l Una demanda: «Es muy triste que tengamos unos sueldos tan bajos. Todo el mundo opina que ganamos muy poco».

ANGELES GONZALEZ

Tiene 46 años (22 de profesora). Enseña Biología y Geología en el Instituto Juan de Mairena de San Sebastián de los Reyes (Madrid). l Imparte clases a grupos de entre 17 y 25 alumnos.l Cobra aproximadamente 1.800 euros. Según la OCDE, el salario en España de un profesor de Secundaria es de 23.562 euros anuales al empezar, 27.580 euros tras 15 años y 34.322 euros al final de su carrera. l El 59,8% de profesores de ESO son mujeres frente al 35,2% en la Enseñanza Superior. l Una demanda: «Los profesores estamos hartos de leyes de Educación. Queremos un pacto de Estado que siente las base de qué y cómo tenemos que hacer consensuado por todos los sectores sociales».

 

ENTREVISTA a María Jesús Sansegundo, ministra de Educación y Ciencia

"Tenemos que esforzarnos más si de verdad queremos mejorar la educación"

INFORME PISA

"No es cierto que reaccionáramos con autocomplacencia; vamos a estudiar lo que dice la OCDE"

CONTINUOS CAMBIOS DE LEY

"La demanda de estabilidad es cierta y queremos llegar a ella con un acuerdo básico"

EL PAPEL DEL PP

Las comunidades colaboran; esperemos que el PP quiera como nosotros esa estabilidad"

CENTROS CONCERTADOS

Todos los centros sostenidos con fondos públicos deben atender a los alumnos diversos

MIQUEL MOLINA MERCÈ BELTRAN - 12/12/2004

Madrid

Los resultados del último informe Pisa, la gran encuesta de la OCDE que pulsa la calidad de la educación, no dejan a España en buen lugar. De los 30 estados analizados, España ocupa el lugar 26.º y, de los países de la UE, sólo supera a Portugal, Italia y Grecia. La ministra de Educación, María Jesús Sansegundo (Medina del Campo, Valladolid, 1958) afirma que hay que trabajar mucho para corregir la situación.

-¿Qué conclusión extrae del mal resultados de España en el informe Pisa?

-Que tenemos que hacer mucho más esfuerzo del que hemos venido haciendo en los últimos años. Estamos totalmente de acuerdo en que el sistema educativo español tiene que plantearse metas más ambiciosas. Los resultados no son muy distintos de los del informe del 2000, y en ese sentido era conocida la posición española. En ningún momento hemos dicho que no sea necesario mejorar, al contrario.

-Otros países que han salido malparados, como Alemania, respondieron anunciando cambios en el sistema educativo. Sin embargo, su ministerio pareció reaccionar con cierta complacencia, al justificar los resultados por nuestro menor nivel económico.

-En absoluto. Nosotros estamos en mitad de un debate para la reforma de la educación y, en línea con nuestras propuestas y reflexiones, sí que son interesantes las recomendaciones de la OCDE. En ningún caso apoyan los sistemas segregadores, porque países que han apostado por separar a los alumnos han visto que no es una estrategia que rinda en términos académicos y están cambiado de actitud, como Alemania. También estamos analizando a los países que obtienen mejores resultados. En el caso de Finlandia, donde se hace un buen uso de las bibliotecas, los resultados en lectura son muy buenos. Parece que tiene bastante que ver que la gente joven tenga el hábito de la lectura con los magníficos resultados en comprensión lectora. También hay otras prácticas que en algunos casos se están implantando a escala local y que necesitan más apoyo, como poner tutores desde el principio de primaria. En los últimos años quizá hemos puesto mucha atención en secundaria, y es importante, porque la atención a la diversidad sigue siendo un problema en secundaria, pero nosotros proponemos que se preste atención a lo que ocurre desde el principio de primaria, para actuar cuando se detecte que hay un déficit. Hace falta un diagnóstico y un apoyo temprano, y así lo reflejamos en nuestra propuesta. En algunos casos serán convenientes grupos de refuerzo, apoyos, horas extra para algunos alumnos; en otros, programas de tutores de alumnos mayores que fuera del horario escolar apoyen programas de comprensión lectora... Otro tema importante es la gran atención al profesorado.

-Es el caso de Finlandia.

-De Finlandia y de otros países como Japón o Corea. Aquí es necesario, por parte de las administraciones, una atención a la formación inicial. El proceso de Bolonia va a permitir pensar en cuál es la formación adecuada, en qué tipo de formación continua se realiza. Todas las administraciones debemos establecer un compromiso sobre la carrera docente y la formación del profesorado.Yluego están esas cosas un poco más difíciles, menos tangibles, como el compromiso social: que toda la sociedad valore y apoye de verdad la tarea de los profesores.

-Pero ahí también tiene una responsabilidad el Gobierno, pagándoles más. El gasto público en educación en España sigue estando muy por debajo de la media de la OCDE.

-Hay que hacer mucho más, tanto dentro de las escuelas como en compromiso social. Las administraciones tenemos que asumir compromisos presupuestarios. Nosotros no estamos eludiendo nuestra corresponsabilidad. El presupuesto para el próximo año crece un 10% para el conjunto del ministerio; es un primer paso en la buena dirección. En los últimos años hemos reducido el volumen del gasto en educación; del 4,9% en 1996 hemos pasado al 4,4%, y hay que cambiar esa tendencia. Eso sólo lo conseguiremos entre todas las administraciones. Nos hemos comprometido a que la ley tenga una memoria económica, a empezar a poner en marcha con las autonomías programas innovadores, con tutores o refuerzo del aprendizaje en centros que lo necesitan. Hay que hacer bastantes cosas si de verdad queremos mejorar.

-La proliferación de leyes educativas en función de si gobiernan el PSOE o el PP tampoco contribuye a dar estabilidad al sistema.

-La demanda de estabilidad es cierta y muy razonable. Nosotros queremos contribuir a esa idea de que se puede alcanzar una estabilidad en el sistema educativo, primero llegando a un acuerdo sobre rasgos básicos. El debate educativo que hemos planteado cubre muchos temas y no todos ellos van en una ley. Las leyes tienen que incluir solamente los rasgos básicos, y es sobre eso sobre lo que tenemos que ponernos de acuerdo. Y luego desarrollar diversas medidas, como dar autonomía a los centros. Una vez decidido qué es lo común, lo aceptable en el sistema, tenemos que dar autonomía a los centros y exigir responsabilidades, darles recursos, autonomía y luego pedirles resultados. Los centros tambien quieren esa autonomía, ese respeto a su trabajo, porque ellos van a saber cómo resolver los problemas concretos. Tenemos que alcanzar esa estabilidad.

-¿El acuerdo con el PP será posible?

-Al Gobierno le corresponde la iniciativa. Presentamos el documento y hemos impulsado el debate. Las comunidaes autónomas están colaborando y aportando todo su análisis, que es muy importante. Esperamos que el PP esté tan interesado como nosotros en contribuir a esa estabilidad de la educación.

-¿Tienen decidido qué harán con la asignatura alternativa a la de religión?

-La propuesta que nosotros hacemos tiene varias virtudes, entre ellas, que se corresponde, en buena medida, con la situación que ha estado vigente desde 1994 y que goza de aceptación social porque ha permitido que distintos centros y familias vieran satisfechas sus demandas de enseñanza religiosa en el sistema. Creemos que esa solución se corresponde con nuestra legislación.

-¿Y cómo piensan lograr que los centros concertados asuman igual que los públicos a inmigrantes o a niños con problemas de integración?

-Es necesario un compromiso social sobre cómo articulamos nuestra sociedad, y en eso las escuelas desempeñan un papel importante. En ese terreno, todos los centros sostenidos con fondos públicos tienen que ser corresponsables de dar el servicio público a toda la población y si en un territorio hay población muy diversa, todos los centros financiados con fondos públicos deben dar respuesta a esa realidad. No puede ser que unos centros sí tengan su parte de tarea pública y otros no. Si alcanzamos un acuerdo sobre esos principios, las adminsitraciones tenemos que ser capaces de plasmarlo luego en normas, en códigos de comportamiento que se correspondan con ese compromiso social.

-Usted ha sido clara respecto a que no se separe a los alumnos por sexo.

-Creo que éste es un ejemplo de que necesitaremos una referencia legal para ver cómoe ncaja en nuestro sistema. Siempre parece deseable que nuestros centros encajen y se parezcan lo más posible a nuestra sociedad. La sociedad tiene alumnos diversos, también en cuanto a los sexos.

-La consellera Marta Cid ha expresado su temor a que la nueva ley de educación invada competencias autonómicas.

-No es nuestra intención. Nuestra propuesta tiene que ser propia de un Estado de las autonomías y, por lo tanto, debe respetar las compentencias. Sí creemos que es importante hacer una ley que recoja los rasgos básicos de nuestro sistema. Pero, también por razones de eficacia ymejora del sistema, le ley no debe entrar en muchos detalles que luego serán objeto de diferentes programas y de la propia autonomía de los centros educativos.

-Desde Catalunya se le ha pedido que financie los gastos adicionales que para el sistema implica la atención a la inmigración.

-En educación tenemos que hablar de cómo dar calidad y atención a la diversidad, lo que tiene que ver con inmigración, pero también con otras cuestiones. Lo que tenemos que hacer entre todas las administraciones es ver qué recursos necesita un centro que tiene alumnos diversos.

-¿Le preocupa el contenido de las futuras clases de religión islámica?

-Todos los contenidos de todas las asignaturas tienen que estar acordes con nuestro ordenamiento constitucional. En todos los casos de las religiones, hay una normativa de cómo se nombra a los profesores, características que establece la confesión, los requisitos que les corresponde establecer a las administraciones en cuanto a la titulación, y hay unas tareas de supervisión sobre los contenidos. Nuestro país reconoce en la Constitución la libertad religiosa y eso es una señal de que este asunto no se usará para separar. El hecho de que esa libertad religiosa se dé en la escuela es un síntoma de convivencia.

 

 

 

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