Revista de Premsa

 
EL PAÍS - 14-03-2005

Padres laicos y católicos rechazan la asignatura de Educación para la Ciudadanía

LOS PROGRAMAS ADAPTADOS DE SECUNDARIA

ENTREVISTA: PATRICIA ROMERO Trabajadora social

 

 

 

Padres laicos y católicos rechazan la asignatura de Educación para la Ciudadanía

M. A. - Madrid

 

Las confederaciones de asociaciones de padres de alumnos -la laica Ceapa y la religiosa Concapa- rechazan, aunque por razones distintas, la asignatura de Educación para la Ciudadanía, propuesta por el Ministerio de Educación en su borrador de reforma de la Ley de Calidad.

En esta asignatura, el ministerio pretende incluir contenidos relativos, entre otros, a los derechos y libertades que garantizan los regímenes democráticos, la superación de conflictos, la igualdad entre hombres y mujeres y la prevención de la violencia machista. El vicepresidente de Ceapa, Ginés Martínez, señala que "lo ideal" sería que esta educación en valores se transmitiera de forma transversal, impregnando todas las asignaturas, informa Servimedia. Mientras, el presidente de Concapa, Luis Carbonel, reclama al ministerio que respete la voluntad de los padres para elegir la educación que quieren para sus hijos y señala que el Gobierno "no puede dar la doctrina de lo que está bien a todos los españolitos".

El Proyecto Atlántida, un grupo de expertos educativos por la innovación, ha propuesto al ministerio un camino intermedio. Están de acuerdo con la asignatura de Educación para la Ciudadanía, pero, "para que no se pierda su carácter transversal" plantean incorporar a los centros un coordinador que controle que los contenidos y valores de la asignatura se aplican en cada una de las materias escolares, y que sirva de enlace entre los profesores y las familias con la misma finalidad.

 

 

 

LOS PROGRAMAS ADAPTADOS DE SECUNDARIA

ENTREVISTA: PATRICIA ROMERO Trabajadora social

"Comprendía mejor las cosas porque me las explicaban fácilmente"

C. M. - Madrid

 

Patricia Romero (Madrid, 1979) estudió la antigua EGB en el colegio madrileño Padre Piquer, donde ya estaba su hermana. Repitió el último curso, octavo, y en lugar de pasar a BUP, el sistema educativo dio un vuelco y ella recaló en 3º de la ESO. Lo pasó, pero no ocurrió lo mismo el siguiente curso, 4º. En lugar de repetir otra vez, los profesores le propusieron que hiciera un año de diversificación curricular, un curso especial con el programa adaptado, simplificado, para sacar el título. Hoy es diplomada en Trabajo Social y como tal está empleada en la ONG Cáritas.

Pregunta. ¿Opina que era una mala estudiante?

Respuesta. Sí (se ríe). Lo propio de la adolescencia, la edad del pavo, te importaban otras cosas. Estudiar ya me costaba, y encima le dedicaba más tiempo a otras cosas...

P. ¿Por qué se fue a la diversificación curricular?

R. Me lo recomendaron los profesores y los orientadores del colegio. Me lo plantearon porque era el segundo año que repetía, y por mi edad.

P. ¿En qué flaqueaba?

R. En ciencias sobre todo, y un poco en todas, me costaba, necesitaba más dedicación.

P. ¿Notó el cambio cuando se matriculó en este curso con el programa adaptado?

R. Sí, me ofrecieron más facilidades, recibí muchos refuerzos, mucho apoyo por parte de los profesores. Recuerdo que hablaban mucho conmigo, me daban pautas para concentrarme, me orientaron a estudiar. A veces íbamos en grupos pequeños a repasar fuera de clase, al despacho de los profesores.

P. ¿Superó el bache?

R. Comprendía mejor las cosas porque me lo explicaban más fácilmente y de forma muy personalizada, porque éramos menos en clase.

P. ¿De qué le sirvió además este curso?

R. Aquel año me di cuenta que yo aspiraba a algo más que las opciones que se me planteaban por mi trayectoria. Descubrí que podía hacer otras cosas.

P. Y se pasó al bachillerato.

R. Sí, era lo que quería hacer, en realidad, siempre lo había querido. El curso de diversificación fue una oportunidad de tiempo.

P. ¿Encontró diferencias en el bachillerato?

R. Algunas, porque me matriculé en ciencias y había asignaturas que no había estudiado, como física, matemáticas, pero me las preparé en verano, antes de empezar.

P. ¡Vaya cambio! De no dedicar tiempo a los estudios pasó a adelantar trabajo en vacaciones...

R. Sí, yo creo que fue una mezcla de la edad y de la influencia del curso de diversificación. Después saqué bien cada curso y también la universidad.

P. ¿Recuerda que se sintiera distinta del resto de sus compañeros por hacer el curso adaptado?

R. No, yo no me sentí nunca mal, no creo que los profesores nos miraran de forma distinta, y tampoco los compañeros. Tenía amigos de los cursos anteriores, me sentía integrada.

P. Y ¿qué hay de la universidad?

R. Fueron tres años fantásticos. Estudié en la Universidad de Comillas, hice lo que me gustaba y veía cómo cada vez me gustaba más. He trabajado en un hospital, también en el departamento de orientación del colegio donde estudié, el Padre Piquer. Y ahora en Cáritas.

P. ¿Qué recomendaría a los chicos que, como usted entonces, estudian ahora estos cursos de diversificación curricular?

R. Que piensen muy mucho a qué dedican los esfuerzos porque todo eso tendrá luego una recompensa muy importante para sus vidas. Según a qué dediquen esos esfuerzos tendrá una u otra recompensa. Les diría también que hagan aquello que de verdad desean. Que miren al futuro y no tanto al presente inmediato

 

 

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