Revista
de
Premsa
Los
sindicatos exigen la retirada del estatuto de los docentes
Los
decanos de Filosofía piden anular el 'master' para ser profesor de secundaria
Ciegsa ha recibido los 136 millones previstos por la Generalitat para 2006
Ni
griego ni latín
"A la
matemática se llega por el sentimiento"
Los trabajos
escolares de 1935, espejo de una labor educativa que acabó con la Guerra Civil
Los sindicatos
exigen la retirada del estatuto de los docentes
EL PAÍS - Madrid
EL PAÍS - 12-06-2006
Los sindicatos
educativos han pedido la retirada del borrador de estatuto para los maestros y
profesores que ha elaborado el Ministerio de Educación. No están de acuerdo con
el total de lo que allí se recoge y exigen más tiempo para debatirlo. Para CC OO
es "inaceptable tanto en las formas como en el contenido". No están de acuerdo
con los incrementos retributivos ni con el acceso a la función pública docente.
El sindicato exige más tiempo para negociar y amenaza con movilizaciones.
En parecidos términos
se pronuncia UGT, que no cree que puedan negociarse con prisas cuestiones que
regularán el conjunto de derechos y deberes de los profesores. Piden, además,
que se espere a la aprobación del Estatuto Básico del Empleado Público para
cerrar el del docente, pues el primero condicionará al segundo.
También el sindicato
STES ha manifestado su rechazo al estatuto básico docente "por considerarlo
inquietante, regresivo y jerarquizador", y ha pedido la apertura de
negociaciones con las organizaciones representativas, así como la retirada del
documento. El sindicato STES ya había manifestado su "oposición tajante" a la
manera en que se ha elaborado este borrador y sus contenidos.
Los decanos de
Filosofía piden anular el 'master' para ser profesor de secundaria
C. M. - Madrid
EL PAÍS - 12-06-2006
Los decanos de las
facultades de Filosofía han solicitado la retirada del master que
habilita para ser profesor de educación secundaria y la apertura de un tiempo
para el debate. Este master, tal y como está planteado, lo tendrían que
cursar los graduados de cualquier carrera antes de impartir enseñanza en los
institutos. Se trataba con ello, explicó el Gobierno, de dar herramientas
pedagógicas a los titulados para enfrentarse a la tarea de la enseñanza en las
aulas.
Los decanos de
Filosofía, una carrera que tiene la enseñanza secundaria como principal destino
de sus titulados, critican que esa formación se haga "al margen" de las
facultades donde se forman los futuros licenciados, sin embargo, el Ministerio
de Educación ha explicado que será una decisión de las universidades y que
probablemente la organización de esos masters sea "interfacultativa".
Los decanos de
Filosofía se quejan, además, de que a la formación disciplinar de este master
sólo se destinarán 12 de los 60 créditos de que constará el curso. Han expuesto
su pliego de reivindicaciones a colegas de otras disciplinas para que se sumen a
su reclamación.
Ciegsa ha
recibido los 136 millones previstos por la Generalitat para 2006
J. G. DEL MORAL - Valencia
EL PAÍS - 12-06-2006
La empresa pública Construcciones e
Infraestructuras Educativas de la Generalitat, SA (Ciegsa) ha cubierto ya los
136 millones de euros en concepto de avales previstos en el decreto que el
consejero de Economía firmó el pasado 23 de diciembre, dos días después de la
aprobación, en las Cortes Valencianas, de los presupuestos de la Generalitat
para 2006. En ellos, el Consell sólo consignó un capital de 28 millones de euros
para la empresa encargada de construir colegios. La última operación de crédito
ha sido suscrita a largo plazo -10 años- con la peculiaridad de que prevé una
"amortización a vencimiento", en un único pago.
Días después de publicar en el Diari Oficial de
la Generalitat Valenciana el decreto que autorizaba la concesión de avales
por un importe de hasta 136 millones de euros para garantizar operaciones de
crédito de la empresa pública, el Consell aprobó una primera operación por valor
de 65 millones. Y a finales de enero -aunque no se ha conocido hasta ahora- dio
luz verde a una segunda, por valor de 71 millones de euros, con lo que
completaba la totalidad de lo previsto para todo el año 2006.
Y es que, como comenta la diputada socialista Ana
Noguera, con el capital consignado por la Generalitat para Ciegsa en el presente
ejercicio, que suma 28 millones de euros, no hay ni para empezar. Esa cantidad,
según la portavoz de Educación del PSPV en la Cámara, sólo llega para pagar los
cuatro millones de gastos de personal, los tres millones de gastos de
mantenimiento y los casi 22 millones de euros de gastos financieros. Porque esa
es precisamente una de las piedras angulares de la empresa pública Ciegsa, que
tiene que pagar cada año enormes cantidades en concepto de intereses. Entre
otras cosas porque, tal como señalaba el Síndic de Comptes en su informe
correspondiente al ejercicio de 2004, los avales bancarios a favor de Ciegsa
llegan hasta el año 2029. "Toda obra o colegio que hace Ciegsa se paga con
deuda", denuncia Noguera.
"La deuda de Ciegsa está disparada y se utiliza
como una cuenta B de la Generalitat para incrementar deuda", considera la
parlamentaria socialista. "Cuando no hay ni un solo ladrillo que se pueda pagar
con dinero es porque la Generalitat está desfondada y Ciegsa, en quiebra",
agrega. Pero, además, Noguera muestra sus dudas de que "toda la deuda de Ciegsa
se destine a la construcción de colegios".
Ni griego ni
latín
FRANCISCO RODRÍGUEZ ADRADOS
EL PAÍS - 12-06-2006
Vuelvo a escribir de educación y de griego y latín
en EL PAÍS. Aquí, en 1984, empecé mis campañas en relación con las lenguas
clásicas y de otros baluartes culturales; algo se ha logrado. Escribo sobre este
tema aquí y en todas partes, es un tema a todos común. Pero las cosas van de mal
en peor y alguien ha de decirlas.
Leo el texto de la LOE, aprobado por el Congreso y
el Senado, buscando algo sobre el griego y el latín. Veo que, en este aspecto,
nada se ha retocado del anteproyecto y el proyecto, sobre lo que otros y yo
hemos escrito, hemos hecho visitas, una rueda de prensa, un manifiesto firmado
por más de 2.500 personas, de entre las más importantes en la cultura de España.
Gentes de las humanidades, las letras, las ciencias, las artes, el cine, la
música, la política, las academias de la Lengua y de la Historia. Pues bien:
nada se ha retocado. Nadie, parece, ha presentado enmiendas (y las pedimos,
escribí "a quien corresponda"). Parece que sólo el tema de la religión es
importante. Nada se ha retocado, insisto, todo sigue igual.
Antes, frente a leyes inmisericordes, lográbamos
mejoras en los decretos. A ver ahora.
Una ley en que el griego y el latín del
bachillerato no son siquiera mencionados, me resulta una vergüenza. Es la
primera vez en la historia de España. Quien pueda remediarlo, que lo remedie.
Veremos. Esta nueva ministra de nada es
responsable. Pero se le pide que aporte mejoras, no deje que prospere algo que
es lamentable. Porque, yendo derecho al tema, sobre el bachillerato, en esa ley,
lo único que se dice es, tras mencionar montones de materias obligatorias, que
"corresponde a las administraciones educativas la ordenación de las materias
optativas". ¿Qué materias? ¿Y qué administraciones? Supongo que las autonomías y
los centros, entre otras. ¿Y es que el ministerio no es una administración
educativa? ¿Vamos a quedar a la discreción o el capricho de órganos que se
mueven al son de no sabemos qué designios?
Cuando la LOGSE se aprobó, en el decreto de
estructura del bachillerato de noviembre del 91 se establecieron 11 materias
propias del bachillerato de humanidades y ciencias sociales; entre ellas, dos de
latín y una de griego (dos en la LOCE). Yo había oído a Solana y Rubalcaba que
ellos no querían pasar a la historia como aniquiladores o verdugos de las
clásicas.
Y esto es lo más que conseguimos; cuento el
detalle en mi Defendiendo la enseñanza de los clásicos griegos y latinos.
Luego, durante los años del PP, pedí personalmente a Aznar que dividiera
humanidades y ciencias sociales en dos ramas, y en la primera hiciera el latín y
el griego obligatorios, quitara estorbos: ningún caso.
Al menos algo se había logrado, ya ven, para el
latín y el griego en el bachillerato, en los decretos de la LOGSE. Un paraíso al
lado de hoy, en que se nos entrega a mil autoridades. Ofrezco esto, para su
consideración, a la ministra.
Esto, en el bachillerato. Para la ESO, la cultura
clásica, que habían introducido los socialistas como paliativo al desastre del
latín, así como las ganancias de la LOCE (una cultura clásica para todos en
tercero, un latín en la rama de humanidades en cuarto), quedan anuladas. La
nueva LOE dice como mucho que "los alumnos cursarán alguna materia optativa. La
oferta de materias optativas deberá incluir, en tercero, una segunda extranjera
y cultura clásica" (entre no se sabe qué mogollón ofrecido no se sabe por
quién). En cuarto habrá un latín en una lista de siete materias de entre las que
habrá que elegir tres. Esto es todo.
Desastre total, es bien claro. Quizá los decretos
que esperamos puedan mejorarlo. Griego y latín están en la base de la cultura
española y de la lengua española. Y, después de todo, el presidente Zapatero me
escribía el 25 de noviembre pasado, cuando respondí a su felicitación por el
Premio Nacional de Traducción, que "las lenguas clásicas (...) constituyen un
importante bagaje cultural para la enseñanza y la cultura del país... No sólo no
desaparecen como asignaturas, sino que mantienen una vigencia total". En sus
manos está.
En fin, habría que frenar esa decadencia cultural
que amenaza aquí y en toda Europa. Los indios y los musulmanes difunden a sus
clásicos. Aquí, ya ven. ¿Y qué decir de la Unión Europea, que tanto presume de
Roma, Sócrates, Carlomagno? Cuando escribí, en nombre de veintitantas sociedades
europeas, a Samper y Prodi, sucesivos presidentes de la Comisión Europea, me
respondieron excusándose. No tenían poderes... (Yo sólo pedía una recomendación
a los gobiernos). Ahora los tienen para impulsar los famosos acuerdos de
Bolonia, que están en trance de dar por tierra con las universidades como
centros científicos.
Por cierto que, ya que toco el tema de las
universidades, es favorable que, por lo que se oye, vaya a prosperar una
titulación de Filología Clásica. Es lo menos que podía esperarse. Pero es
tremendo eso que también se oye de que un licenciado de tres años (ahora cinco)
vaya a tener, para ejercer la docencia, que dedicar dos cursos extra a la
psicopedagogía.
Por favor, tras un mínimo currículo de tres años,
los alumnos saldrán con un mínimo bagaje cultural: que no vayan a lavarles el
cerebro con algo que no necesitan y que les hará olvidar lo que saben. Sólo se
puede impartir algo que se conoce, no lo que se ignora, ni la manera de
enseñarlo. ¡Enseñar a enseñar lo que se ignora! Nosotros, los conocedores del
tema, somos suficientes. Y el ansia de colocar a unos licenciados no es
argumento suficiente para que entren a tornillo, por hechos consumados, en
territorios culturales ajenos. Hay quien tiene poder para evitarlo.
Las Facultades de Filosofía y Letras de toda
España están dirigiéndose o se han dirigido al Ministerio de Educación
manifestándose contra esa propuesta.
Vean ustedes, vuelvo a la enseñanza secundaria. He
escrito que la Segunda República, con la cual discrepo en muchas cosas, fue un
importante experimento cultural. Llevó más lejos lo que la Monarquía había
iniciado. Las humanidades y las ciencias eran protegidas, florecieron
esplendorosamente.
En la primaria, la media, la universitaria, el
Centro de Estudios Históricos, el Rockefeller. En tantos sitios más. Para volver
a las clásicas, don Ramón Menéndez Pidal creó un lugar para ellas en el Centro
de Estudios Históricos, fundó la revista Emérita que ahora dirijo yo.
Todo bajo un ministro socialista, Fernando de los Ríos. Luego se hizo un
bachillerato con cinco años de latín, con intención de implantar el griego.
Y hubo continuidad, más tarde, tras la Guerra
Civil: por fortuna. Y un crecimiento enorme de los libros, los estudios, el
profesorado. Laín Entralgo me decía que la Biología y la Filología Clásica eran
los logros más importantes de España, culturalmente hablando.
Tenemos melancolía, porque desde entonces no hemos
recibido más que golpes, a partir de 1970. Ni se sabe por qué: no los explican,
se limitan a actuar calladamente. Yo elevo mi protesta: lo considero
intolerable, me dirijo a todo el que quiera escuchar. Y tenga sentido de lo que
es la cultura. Este último golpe que he descrito es el peor, pero todavía tiene
un cierto remedio.
"A la
matemática se llega por el sentimiento"
SEBASTIÁN TOBARRA - Barcelona
EL PAÍS - 12-06-2006
Este profesor de Matemáticas, licenciado en
ciencias, sección Química, y doctor en Filosofía creó hace años el día del
número en la escuela donde trabajaba para hacer atractivas las matemáticas a
los alumnos. Hoy da clases de Magisterio en la Universidad Internacional de
Cataluña y ha recogido su experiencia en un libro -El día del número;
motivació de la matemàtica- editado en catalán.
Pregunta. ¿Cómo está el nivel de
matemáticas en la escuela?
Respuesta. Falta, sobre todo, motivación.
Creo que la matemática no se ha vendido bien y falta una actitud positiva hacia
ella.
P. Usted hizo una jornada para impulsar las
matemáticas a la que llamó día del número. ¿Qué perseguía?
R.
La idea surgió cuando daba clases en una escuela,
en 1983. Todos los departamentos tenían una actividad lúdica, desde la Lengua,
el Medio Ambiente o la Educación Física. Pero los alumnos estaban muy poco
motivados por las matemáticas. Me costaba entender que a la mayoría no les
gustara y eso me preocupaba.
P. ¿Qué hizo, entonces?
R. Pensamos que había que disfrutar con las
matemáticas. De ahí salió la idea de hacer un día del número para pasarlo
bien con las matemáticas.
P. ¿En qué consistía ese día? ¿Patio y
pizarra?
R. Por la mañana hacía más frío y estábamos
en clase preparando juegos y haciendo adivinanzas, y a partir de las once
salíamos al patio. Por la tarde, hacíamos juegos como el Remigio o el Monopoly.
Adivinanzas, sopas de números de los diarios. Cada uno jugaba a lo que quería.
P. ¿Se notaba todo eso en el aula al día
siguiente?
R. Notamos que a partir de ese día había
alumnos que cambiaban de actitud.
P. Dice en su libro que todo es cuestión de
motivación. Pero ¿cómo se llega a motivar por las matemáticas?
R. Hay tres elementos: el razonamiento, el
sentimiento y la actitud. La matemática es razonamiento, pero se ha de llegar a
ella por el sentimiento. La motivación está en el sentimiento. Cuando el alumno
se llega a emocionar haciendo bien una cosa, la actitud cambia. Y el sentimiento
está en el corazón. El alumno ha de experimentar que hace una cosa bien hecha.
P. ¿Cómo se tiene ese sentimiento?
R. Por ejemplo, con los alumnos de 12 años
que tenían dificultades y que a veces tenían que hacer ampliación, hacíamos un
presupuesto para empapelar su habitación. Empezaban tomando las medidas reales
de su habitación, luego, el dibujo a escala, después iban a una tienda a mirar
muestras, elegir el papel, calcular el área en las paredes, el IVA. Todo lo
hacíamos en clase y había quien sacaba un ocho o un nueve en el crédito de
ampliación. Es entonces cuando muchos veían que las matemáticas les servían.
P. Por tanto, ¿puede haber un problema
pedagógico, no se explica bien?
R. Sí, claro. Nosotros, por ejemplo,
aprovechábamos el París-Dakar porque a los chicos les emocionaba. Calculábamos
la distancia real entre puntos.
P. Dice en su libro que cuanto más gustan
las matemáticas a veces menos nota se saca.
R. Sí, yo quería demostrar que cuanto más
les gustaba más nota sacarían, pero eso no se corrobora. Al final, si les gustan
mucho se confían y no le dedican tanto tiempo. Me he encontrado con chicos y
chicas que tienen dificultad con las matemáticas, pero que tienen mucha voluntad
y logran buena nota sin tener tanta capacidad. Y al revés, chicos con gran
capacidad que se confían y fallan.
Los últimos
niños del Instituto-Escuela
Los trabajos escolares de 1935,
espejo de una labor educativa que acabó con la Guerra Civil
I. DE LA FUENTE - Madrid
EL PAÍS - 12-06-2006
El final de curso de 1936 no tuvo un color
especial. Ningún presagio, ninguna amenaza, ninguna sombra. Un verano más. La
misma rutina de otros años de enlazar las vacaciones con las colonias infantiles
del Instituto-Escuela. Una sensación de paréntesis, pero no de que algo se
cerraba para siempre y moría. Ni Ana de Azcárate ni María Luisa (Mavi)
Navarro, ni ningún otro alumno pensó que el Instituto-Escuela iba a desaparecer.
Ninguno soñó tampoco que algunos de sus poemas y dibujos quedarían a salvo
gracias a la imprenta e incluso que a muchos les sobrevivirían.
Cada año, los responsables del Instituto-Escuela
guardaban en la biblioteca del centro una selección de trabajos escolares de los
alumnos. Los de 1935 se imprimieron por primera vez en forma de libro para que
cada alumno tuviera un ejemplar. Probablemente, fue también la última. Los
trabajos escolares del 36 ya no pudieron editarse. El Instituto-Escuela empezó a
morir con el primer disparo de los insurgentes en julio de 1936. Inspirado en el
ideario de la Institución Libre de Enseñanza (ILE), el Instituto-Escuela fue
creado en 1918 por la Junta de Ampliación de Estudios. El objetivo era crear un
centro piloto donde experimentar métodos y planes de enseñanza que transformaran
la educación oficial. La experiencia comenzó en Madrid y se extendió a las más
importantes capitales de provincia. "Franco era anti-Institución. Lo mismo que
el espíritu de la Institución era lo más opuesto a Franco", recuerda Mavi
Navarro, de 81 años. Su relato, La castañera, lleno de viveza, aparece en
Nuestro Libro 1935. Los avatares de la Guerra Civil, los traslados,
huidas, éxodos y exilios, además del paso del tiempo, hicieron que muchos
ejemplares se perdieran. La librería Carmichael recuperó uno de ellos y la
Residencia de Estudiantes lo compró recientemente. Además de su valor escolar e
histórico, Nuestro Libro 1935 refleja el sentir de unos niños que vivían
en la normalidad, ignorantes de que su colegio y sus vidas estaban amenazados.
Mavi Navarro partió de Madrid el 1 de julio de
1936 para incorporarse a la colonia de San Vicente de la Barquera, en Cantabria,
regentada por la ILE. Allí se encontró con otros compañeros, entre ellos su
prima Isabel Luzuriaga, hija del pedagogo Lorenzo Luzuriaga, uno de los padres
educativos de la Segunda República, y Ana María (Anina) de Azcárate.
Niños y niñas, ya que la coeducación era una de las innovaciones pedagógicas de
la ILE. "¿Qué padres hubieran sido tan frívolos para dejarnos en una colonia de
haber sabido que se preparaba un golpe?", se pregunta Navarro. En las familias
de los insurgentes puede que lo supieran, pero no en la suya. Navarro pertenece
a una familia de militares. Desciende por vía materna de los generales Francisco
Serrano y Diego Muñoz Cobos. En la rama paterna abundan los almirantes. Su
padre, marino, fue leal a la República.
Cuando la noticia de que había guerra llegó a la
colonia infantil de San Vicente de la Barquera, sólo Anina de Azcárate lloró.
"Durará poco", le animaron los otros. De la guerra sólo tenían ideas teóricas.
Entre los ejercicios de Nuestro Libro, sólo un poema, escrito por Dolores
Jaime, de 11 años, alude a ella. Abajo la guerra, invita la niña en el
título. "¡No más reyertas!", clama en uno de sus versos.
Hijos de la elite intelectual en su mayoría, o de
la derecha liberal, muchos niños inmortalizados en Nuestro Libro 1935
fueron al exilio o han fallecido. "¡Ay! / qué frío tengo / ¡qué frío! / Mi
palomita / ¡pío, pío!", escribió Luli Bolín de la Mora, alumna de siete años,
hija de la republicana Connie de la Mora Maura. Qué frío pasó en la URSS esta
pequeña y otros niños españoles al ser evacuados de Moscú en los momentos más
duros de la Segunda Guerra Mundial. Y luego, qué desarraigo. Luli Bolín murió en
México en 1983.
Un puñado vive aún, como Mavi Navarro, que estudió
en el edificio que hoy ocupa el instituto Ramiro de Maeztu. Ana Martín Gaite
(hermana de la escritora), acudía al de Retiro, hoy instituto Isabel La
Católica. La familia de Isabel Luzuriaga se exilió y ella se formó como
psicoanalista en Argentina. Volvió en 1977. Anina Azcárate reside en París. Son
parte de una generación educada en la innovación: evaluaciones continuas en vez
de exámenes, clases sin libros de texto, enseñanza religiosa libre y excursiones
al campo.
La derecha liberal también llevó a sus hijos al
Instituto-Escuela. Mavi Bravo tuvo como compañera a la hija de la condesa de
Yebes. También se educó con ella Gregorio López-Bravo, futuro ministro
franquista. "Al tratarse de un centro oficial estaba abierto a todas las
clases", dice Isabel Luzuriaga.
Al terminar la guerra, Mavi descubrió que su
colegio estaba prohibido y su padre, el marino Enrique Navarro, en la cárcel.
Era una perdedora aunque viviera en el madrileño barrio de Salamanca. Continuó
sus estudios en el instituto Beatriz Galindo y tuvo de profesor a Rafael Lapesa.
Un día pidió a Lapesa si podía adelantarle el examen al recreo, porque tenía que
irse a casa pronto. "Hoy sale de la cárcel mi padre, aunque no ha estado allí
por nada malo, sino por ser militar republicano, y queremos esperarlo", explicó
la chica. Lapesa le dijo que era buena alumna y que no se preocupara, pero le
advirtió: "Conmigo le ha valido, pero no diga esto a nadie; le puede
perjudicar".
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