Text de la presentació de l’exposició Les flors de ma vida.
Araceli completà la seua intervenció amb unes versos de William Wordsworth
Mercedes Llanos, amiga y compañera de trabajo, nace en Coria (Cáceres) tierra de conquistadores. Siendo muy pequeña sus padres se trasladan a Valencia donde estudia Historia del Arte en la universidad, dedicándose a la docencia y actualmente desarrollando su trabajo en el Palau de la Música.
Hace unos años -así como treinta- empieza a pintar, introduciéndose en el complejo mundo de la pintura en que el acto de pintar es un continuo vis a vis entre el lienzo en blanco y el pintor.
Prueba diferentes técnicas y materiales quedándose con el óleo. Basándose en lo referencial, en lo figurativo con retazos de sueños expresa sus sentimientos, sus emociones y sus misterios seduciéndonos con suma delicadeza con el cromatismo de sus flores y su característica explosión de color.
Como no podía ser de otra manera su pintura refleja su vida. Se aprende a mirar pero aprender a ver es otra cosa completamente distinta. Se mira primero y se ve después en un acto en que juegan a la par consciente y subconsciente, de ahí que las flores de Mercedes sean sus flores con sus colores y seducciones.
No se pone metas, se conforma con el deseo y las ganas de ponerse delante de una tela en blanco, deseo que comparte con la escritura, su otra gran pasión, y con el papel en blanco: los dos grandes fantasmas de los artistas.
Y quería hacer un pequeño apunte personal sobre las 2 esculturas que van a ver. Son mias, una pequeña muestra representativa. La una corresponde al arte público, la otra a un terreno más íntimo, personal y privado, al terreno de las luces y las sombras, en honor a mi maestro, mi precursor en este género del barro, mi guía, mi amigo, mi…mi ausente y añorado Evaristo Navarro. Va por ti.
Las obras hay que verlas, mirarlas e interpretarlas, pero sobre todo disfrutarlas; así pues vayamos a ver las obras de Mercedes. Disfrútenlas!
Y para cerrar, un poema de Willian Wordsworht muy sugerente y que ilustra muy bien este momento de contemplación.
Aunque el fulgor que fue tan claro en otro tiempo
se quite para siempre de mi vista.
Aunque nada me pueda devolver las horas
de esplendor en la hierba, de gloria entre las flores
no me voy a afligir porque la belleza
siempre permanece en el recuerdo.