Vos oferim un dels tres documents que acaba d’aprovar el Consell Valencià de Cultura.
DECLARACIÓN DE APOYO A LA CIENCIA Y LA INVESTIGACIÓN
El Consell Valencià de Cultura ha destacado, siempre que ha tenido ocasión, el carácter de la ciencia como pilar básico de la cultura. Por un lado, nuestro bienestar, nuestras expectativas de progreso, nuestras posibilidades de comunicación e interrelación o, simplemente, nuestro entorno diario, dependen en buena parte de los avances de la ciencia y la tecnología. Por otro lado, existe una cultura científica, que no se refiere solo a la aplicación del método sino también al conocimiento íntimo de las cosas y a su funcionamiento, y que todos deberíamos poseer en mayor o menor grado, tanto en beneficio propio como de las generaciones futuras. De ahí la necesidad de una divulgación científica rigurosa.
Esa profunda relación que existe entre cultura y ciencia, y entre el individuo y la sociedad, se refleja con claridad en el artículo 44 de la Constitución Española, en el que algunos han querido ver una línea constitucional, muy continua, que arranca de la Constitución de Weimar, según la cual la ciencia y su enseñanza son libres y el Estado garantiza su protección y cuida su fomento. Dicho artículo dice así: «1. Los poderes públicos promoverán y tutelarán el acceso a la cultura, a la que todos tienen derecho. 2. Los poderes públicos promoverán la ciencia y la investigación científica y técnica en beneficio del interés general».
Cabe recordar que el conocimiento científico, concebido como tal, es relativamente reciente. «Ciento cincuenta años de ciencia han resultado más explosivos que cinco mil años de cultura precientífica» escribió Bertrand Russell en 1949.
Y es que la ciencia ha pasado, en los últimos siglos, a ser la respuesta necesaria a muchos de los problemas que afectan a la aldea global. El cambio climático, la calidad medioambiental, la hidroeficiencia, el ahorro y la eficiencia energética, la eliminación de residuos, el mantenimiento de las ciudades y la movilidad sostenible, los avances en agricultura y en ecología, las nuevas enfermedades y un tratamiento más eficaz de las antiguas, entre otros, son aspectos que atañen a todos y deben ser considerados mediante criterios científicos.
El CVC ha advertido, en más de una ocasión, de que la educación primaria, la universitaria, la promoción de la ciencia y la tecnología, la investigación, no son gastos superfluos, sino inversiones fundamentales, de las que deben esperarse rendimientos razonables a largo y a corto plazo. Una escuela y una universidad de calidad son una garantía para el mantenimiento de generaciones de científicos y tecnólogos. Y las inversiones en investigación dan lugar a nuevos productos, patentes y servicios, que no solo redundan en beneficio interno del país, sino que pueden exportarse.
Lamentablemente, la actual crisis económica y el llamamiento a las políticas de austeridad han acarreado recortes drásticos de la financiación en I+D+I; paralización de algunos proyectos de investigación por falta de fondos ya aprobados; congelación temporal de las convocatorias de 2013 del Plan Estatal de Ciencia, Tecnología e Innovación; pérdida de capital humano, tanto productivo como académico, a causa del desplome de nuevas plazas estables en organismos públicos de investigación, la reducción de programas de contratación de jóvenes investigadores y el éxodo a otros países..
Las dificultades no atañen solo a laboratorios, universidades y centros de investigación, sino también a centros de divulgación y fomento de la Ciencia y la tecnología, como –en nuestro caso- el Museo de las Ciencias de Valencia, dependiente de la Fundación Ciudad de las Artes y las Ciencias.
A principios de 2012, una serie de colectivos, entre los que figuran la Confederación de Sociedades Científicas de España (COSCE), la Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE), la Federación de Jóvenes investigadores (FJI), la Plataforma Investigación Digna (PID) y los sindicatos CCOO y UGT elaboraron una Carta abierta por la Ciencia en España, en la que pedían que no se llevara a cabo una nueva reducción de la inversión en I+D+I.
Un año después, en mayo de 2013, esos colectivos han redactado una Segunda Carta por la Ciencia, en la que advierten de que esa inversión se ha reducido en un 13,7% en subvenciones en el último año, acumulándose ya un recorte del 40% respecto a 2009. Además, han elaborado un decálogo de demandas, entre las cuales está la puesta en marcha del Plan Estatal de I+D+I 2013 y el cumplimiento estricto de los plazos en el futuro; el lanzamiento de la Estrategia de I+D+I con inversiones que permitan alcanzar el compromiso de una inversión del 2% del PIB en el período 2013-2016; la transferencia de fondos a los centros y grupos de investigación con proyectos aprobados, independientemente de si su Comunidad Autónoma ha cumplido el objetivo de déficit o no; la creación de la Agencia Estatal de Investigación, recogida en la Ley de la Ciencia de 2011, y la apertura de un proceso de negociación que lleve a la consecución de un acuerdo social y político para preservar la I+D+I de los vaivenes económicos y políticos.
En cuanto a la Comunitat Valenciana, la inversión en ciencia e investigación, que era del 1,15% del PIB en 2009, retrocedió al 1,01% en 2011, último dato publicado. esde 2009 han emigrado más de 16.000 valencianos, muchos de ellos bien cualificados. Y lLos recortes siguen afectando al Centro de Investigación Príncipe Felipe, buque insignia de la ciencia valenciana, donde se siguen cerrando líneas de investigación y se despiden empleados. Y
Nuestros científicos y técnicos se han preparado adecuadamente: participan en encuentros internacionales, son apreciados fuera de nuestras fronteras y se incorporan con rapidez a los proyectos de investigación de otros países. Sin embargo, la falta de estabilidad en la política de recursos humanos del sistema nacional de I+D+I daña su credibilidad y mina la competitividad, como señalan los firmantes de la Carta Abierta por la Ciencia. Y la “fuga de cerebros” multi-generacional a la que nos enfrentamos puede ser de difícil recuperación, como la misma Carta indica.
El Consell Valencià de Cultura se siente obligado a manifestar, una vez más, la enorme importancia de la ciencia y la investigación, insiste en su vinculación con la sociedad y subraya la necesidad de un modelo económico basado en el conocimiento. Ese modelo solo puede tener éxito si los líderes políticos de todo signo actúan en consecuencia, para hacer de la I+D+I la base del futuro desarrollo de la economía española, aprovechar el capital humano del que disponemos y desarrollar la carrera investigadora.
El CVC comparte la preocupación contemplada en la Carta abierta por la Ciencia en España y apoya las propuestas que el conjunto de la comunidad científica reclama, particularmente:
1) La puesta en marcha tanto del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2013-2016 como del Plan General Estratégico de Ciencia y Tecnología de la Comunitat Valenciana 2010-2015, y el cumplimiento estricto de los plazos.
2) La coherencia en la política de recursos humanos, para evitar el menoscabo de generaciones futuras de científicos, tecnólogos y personal de investigación.
3) La ejecución del 100% de los presupuestos aprobados para I+D+I por el Parlamento español y por las Cortes Valencianas.
4) La transferencia de fondos a los centros y grupos de investigación con proyectos aprobados, independientemente del cumplimiento del déficit de las Comunidades Autónomas.
5) El cumplimiento del compromiso de invertir en I+D+I un 2% del PIB en 2016.
6) La creación de la Agencia Estatal de Investigación, recogida en la Ley de la Ciencia de 2011, como un organismo autónomo e independiente, con un presupuesto plurianual.
7) La apertura de un proceso de negociación con la Comunidad Científica para un acuerdo social y político sostenible para preservar la I+D+ I de los vaivenes económicos y políticos.
8) La necesidad de insistir, dentro y fuera del sistema educativo, en la divulgación de la ciencia y el método científico como herramienta del conocimiento y como vía de acceso imprescindible para el futuro y el bienestar social.
Junio, 2013